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domingo, 30 de marzo de 2014

PUREZA GENÉTICA Y OTROS CUENTOS CHINOS

Entre los detractores de los cultivos transgénicos -tema que tratamos en un reciente artículo-, entre los enemigos de la experimentación con genes, y en general, entre los enemigos de cualquier progreso científico, parece muy extendido el concepto de una suerte de pureza biológica, cuyos adalides temen ver mancillada por lo que se ha dado en llamar contaminación genética. A poco que se profundice en la biología evolutiva, esta idea de pureza no puede menos que provocar una sonrisa compasiva. En efecto, si en el ámbito de la biología existe algo que puede ser calificado sin exageración de contaminado e impuro, ese algo es el ADN.

Para los datos contenidos en un pen-drive, un ordenador es un incitante y sugestivo paraíso, sobre todo si en esos datos se esconde un virus informático programado no sólo para duplicarse a sí mismo, sino para difundirse a otros ordenadores. Del mismo modo que un ordenador, el núcleo celular literalmente bulle en su ansiedad por copiar ADN. La maquinaria celular es excepcionalmente buena copiando ADN, porque está diseñada precisamente para eso. A la vez el ADN está ansioso por ser copiado. Para el ADN, el núcleo de la célula también es el paraíso.


Por supuesto también el ADN incluye códigos parasitarios, y la maquinaria celular está tan acomodada a la duplicación de ADN que no sorprende que las células sean anfitrionas de ADN parásito: virus, viroides, plásmidos y una morralla de otros compañeros de viaje genéticos. El ADN parásito logra incluso ser empalmado en los cromosomas con el resto del material genético “genuino”. Los llamados genes saltadores, fragmentos de ADN egoísta y otros elementos indeseables se cortan, se copian y se pegan a sí mismos en otros sitios de la espiral. Los mortales oncogenes causantes del cáncer resultan casi imposibles de distinguir de los genes legítimos entre los que se introducen. A lo largo de la Historia evolutiva ha habido y sigue habiendo un continuo trasiego de los genes decentes a los rebeldes y viceversa.


Y es que, amigos, el ADN es solamente eso: ADN. Lo único que distingue al ADN viral o parásito del original, es el método que elige para transmitirse a las generaciones futuras. Mientras el ADN legítimo sigue la ruta ortodoxa del óvulo o del semen, el ADN parásito busca una ruta más veloz y menos cooperativa, a través de una gota de estornudo o de sangre. Eso es todo. Así que, ¿dónde queda la famosa pureza? Desde las mitocondrias que parasitaron hace cientos de millones de años a células primitivas, todos los seres que habitamos este planeta no somos otra cosa que un amasijo de materia viva, impulsado por la avidez de la maquinaria celular y del ADN a copiar y ser copiado. Albergas en el interior de cada una de tus células larguísimos fragmentos de decenas de miles de bases completamente similares a los de una tortuga, un champiñón o el virus de la varicela.

Sin perjuicio de las elementales precauciones higiénicas, come sin miedo, haz el amor sin miedo y vive sin miedo. Piensa que precisamente en la contaminación genética está el origen de lo que somos y de cuanto nos rodea.

María, por fin he encontrado el punto g, y ¿sabes?, ¡lo tenía tu hermana!



miércoles, 26 de marzo de 2014

HAROLD LLOYD. EL CHICO BUENO QUE NO SE ADAPTÓ AL SONORO




Si queréis pasar un buen rato con el bueno de Harold, el blog de Bigotini os facilita el siguiente enlace para ver una de sus mejores películas injustamente olvidada. Aquí está Grandma's Boy, El chico de la abuela, una pequeña joya de 1922 donde un Lloyd pletórico pone en juego todos los recursos de su comicidad basada en los gags visuales y las proezas físicas más desternillantes. Viéndola se comprende perfectamente por qué este muchacho arrasaba en las taquillas en aquellos locos años. Se trata de un humor ingenuo y fresco, sin la menor pretensión filosófica ni trascendente. Harold, como en todos sus filmes, encarna al típico jovenzuelo americano simpático que hubieran elegido como yerno todas las mamás. Al menos todas las que frecuentaban en la década de los 20 las salas de proyección.
Haced clic en el póster y que comience el festival de la risa.


Próxima entrega: Laurel y Hardy

domingo, 23 de marzo de 2014

TRANSGÉNICOS: RIESGOS, BENEFICIOS Y DESINFORMACIÓN

La ingeniería genética, y en general cualquier asunto relacionado con el genoma y la experimentación biológica, suele llevar a cuestas el sambenito de peligrosa para la salud y para el medio ambiente. Se trata de una etiqueta la mayor parte de las veces injusta y proveniente de personas pertenecientes a colectivos ecologistas o naturalistas, seguramente bienintencionadas, pero por desgracia escasamente informadas.
Quienes trabajan con ADN (quienes “lo manipulan”, como hemos leído y escuchado en ocasiones) pasan por ser una especie de científicos locos escondidos en laboratorios secretos. Pues bien, nada más incierto. Seamos sensatos. El análisis del genoma y los avances en su conocimiento, constituyen la más importante revolución científica, desde los comienzos de la era informática, con la que por cierto mantienen estrechos lazos.


Digámoslo claramente: los genes no son otra cosa que cadenas de nucleótidos capaces de reproducir su disposición, y sobre todo, capaces de “hacer cosas”. Cosas muy visibles como conseguir que al embrión de un perro le crezca la cola o como impedir que le crezca a un embrión humano. Y cosas menos visibles, pero igualmente importantes, como conseguir que podamos digerir determinados alimentos o que desarrollemos defensas contra los microbios. El grueso del trabajo de los genes tiene lugar a nivel molecular, por eso no es espectacular, pero podéis estar seguros de que resulta imprescindible.


En nuestro genoma hay fragmentos muy voluminosos y por supuesto, numerosos genes que compartimos no sólo con otros mamíferos, sino incluso con insectos, plantas, hongos, bacterias o virus. Recordad que en definitiva todos los seres vivos que habitamos la Tierra, descendemos de un único ancestro, un primitivo ser viviente unicelular, cuyas funciones esenciales hemos heredado todos, desde la bacteria más simple al tigre siberiano o al delantero centro de Brasil, pasando por el gusano o el pino piñonero.


En España sólo existe un cultivo transgénico: el de maíz con destino a la alimentación animal que se produce en el Valle del Ebro. ¿Qué tiene de malo o de peligroso? En sí mismo, absolutamente nada.
¿Qué tiene de malo un tomate transgénico? Si han introducido en su ADN un fragmento procedente de un pez ártico, el tomate podrá sobrevivir con más éxito a las bajas temperaturas. Otro fragmento procedente de un frutal le aportará mejor sabor, otro le hará resistente al pulgón y quizá otro logrará que dure más tiempo terso y firme. En definitiva será un tomate mejor. Después de todo, la genética es un método infinitamente más rápido y eficaz que los tradicionales cruces e injertos que los agricultores y los ganaderos han realizado siempre para mejorar el rendimiento de los cultivos y las cualidades de sus productos.


Entonces, ¿dónde está el problema? Sencillo: un tomate así de sabroso y rentable tendría gran demanda. Tanta que en poco tiempo la mayoría de los cultivadores no querrían trabajar otras variedades, y se correría el riesgo de que muchas de ellas desaparecieran. En eso precisamente radica el peligro, en la disminución de biodiversidad.
La biodiversidad es importante, porque si en el futuro surgiera una plaga que atacara a los tomates, incluidos los nuevos y flamantes tomates transgénicos, sería vital contar con un amplio abanico de variedades, ya que entre ellas habría una o varias que resistirían a la nueva plaga, y de esta forma no nos quedaríamos sin tomates.


Por eso es esencial que determinados organismos nacionales o supranacionales se ocupen de preservar las diferentes variedades. Paralelamente al desarrollo de los cultivos transgénicos, deberían crearse bancos de especies domésticas y salvajes. Eso es todo. Por lo demás, tener la seguridad de que no van a salirnos escamas ni vamos a desarrollar un cáncer por consumir alimentos transgénicos que hayan sido cuidadosamente diseñados y debidamente testados.

Recuerda siempre que eres un ser único e irrepetible… exactamente igual que todos los demás.



miércoles, 19 de marzo de 2014

CLARÍN Y LA GRAN NOVELA DEL DIECINUEVE

Leopoldo Alas, asturiano que accidentalmente nació en Zamora en 1852, era hijo de familia acomodada. Estudiante brillante, fue alumno de Julián Sanz del Río, el introductor del krausismo en España y promotor de la Institución Libre de Enseñanza. Como otros krausistas de su generación (Emilio Castelar, Nicolás Salmerón o Joaquín Costa), Leopoldo defendió el racionalismo, el liberalismo y el laicismo. En 1875, pasó a formar parte de la redacción de El Solfeo, periódico madrileño cuyo director impuso a cada redactor que tomara el nombre de un instrumento musical. Fue entonces cuando Leopoldo Alas eligió el seudónimo de Clarín, con el que siguió firmando durante el resto de su carrera.

Hombre poliédrico, Clarín destacó en todos los campos intelectuales. Obtuvo primero la cátedra de Economía Política en Zaragoza, y más tarde la de Derecho Natural en Oviedo, donde residió la mayor parte de su vida. Compaginó la enseñanza con el periodismo y la literatura, y aunque no ocupó cargos públicos, fue un personaje influyente en la política y la sociedad de su época. Como periodista fue ácido y mordaz. Su afilada pluma se especializó en zaherir a los personajes fatuos y ridículos que tanto abundaron en aquella España decimonónica. Lo hizo desde publicaciones como El Globo, La Ilustración, El Imparcial o Madrid Cómico. Como escritor destacó en el cuento y el relato breve, genero en el que puede considerarse un auténtico maestro. Como dramaturgo tuvo menos suerte. Amigo personal de Echegaray y de la gran actriz María Guerrero, escribió alguna comedia que pasó por las tablas de forma efímera y con más pena que gloria. Como novelista Clarín es el autor de la que posiblemente sea la gran novela española del siglo XIX.

La Regenta, publicada en dos partes en 1884 y 1885, es uno de los máximos exponentes del naturalismo. Clarín nunca ocultó la influencia de Flaubert (Mme. Bovary) y de Tolstoi (Anna Karenina). La Regenta relata las relaciones sentimentales de Ana Ozores, la soñadora esposa de un regente de la Audiencia de una ciudad provinciana (de donde toma el título de regenta). Huyendo de un rijoso confesor, Ana cae en los brazos de un donjuán mediocre que simplemente destroza su ideal romántico. Esta colosal novela tiene dos protagonistas. La primera es Ana Ozores, un personaje femenino riquísimo en matices y magistralmente dibujado por su autor. Como personaje literario Ana es equiparable a las mencionadas Emma Bovary o Anna Karenina. La segunda es Vetusta, nombre imaginario tras el que se esconde la ciudad de Oviedo. Clarín somete a su acerada crítica a la compleja sociedad de una ciudad de provincias durante la Restauración. Y no deja títere con cabeza. En Oviedo la publicación de La Regenta constituyó un verdadero escándalo, y hasta el mismo obispo redactó una pastoral contra ella.

Biblioteca Bigotini os ofrece una obra de Clarín mucho más ligera. Pertenece a su ingente colección de relatos breves. Se trata de La fantasía de un delegado de Hacienda (haced clic en la portada), un simpático cuentecito que se lee en tres minutos, y hace sonreír al más serio de los lectores.

No hay nada que induzca tanto a sospechar como la ignorancia.



domingo, 16 de marzo de 2014

CIGARRAS, NÚMEROS PRIMOS Y SUPERVIVENCIA. LAS MATEMÁTICAS DE LA EVOLUCIÓN

Números primos son aquellos enteros que sólo son divisibles por 1 y por sí mismos. Por lo tanto, a excepción del 2, siempre son impares. Desde antiguo han fascinado a los matemáticos. Ya en 240 a.C., Eratóstenes demostró que existe un número infinito de ellos. El matemático francés Marin Mersenne (1588-1648) intentó encontrar un método para hallar todos los números primos. Aunque no lo consiguió, nos ha legado la fórmula numérica 2p – 1, donde p es siempre un número entero. Por este procedimiento se simplifica enormemente averiguar si p es un número primo. Los números de Mersenne han permitido hallar números primos extraordinariamente elevados. El más alto que se conoce hasta la fecha, calculado en 2008 por un superordenador, es el (243.112.609 – 1). Me permitiréis que no lo reproduzca aquí, porque contiene nada menos que 12.978.189 dígitos.


Pere Marin Mersenne
¿Qué tienen que ver los números primos con las cigarras? Pues bien, no penséis que la pregunta puede responderse fácilmente. Ocurre que las cigarras del género Magicicada, que pasan la mayor parte de su vida larvaria bajo tierra, y sólo emergen al exterior en su forma adulta para aparearse y morir a continuación, muestran un comportamiento sorprendente. Salen a la luz al final de un ciclo de 13 o de 17 años (ambos números primos). ¿Se trata de una simple casualidad? Mario Markus, del Instituto Max Plank de Fisiología Molecular de Dortmund, descubrió que este tipo de ciclos basados en números primos, surgen de manera natural a partir de modelos matemáticos evolutivos que reflejan la interacción entre predadores y presas. Los posibles predadores de nuestra cigarra tienen ciclos vitales de 2, 3, 4 o 6 años. Markus y sus colaboradores simularon por ordenador diversas poblaciones de cigarras, y les asignaron ciclos vitales de duración aleatoria. Pasado cierto tiempo, una serie de mutaciones en el sistema acaba llevando a las cigarras a ciclos estables cuya duración es siempre… Pues si, un número primo.

Así que las Magicicada han adoptado una astuta estrategia de supervivencia y perpetuación de su especie. Emergen precisamente los años en que van a encontrar un menor número de enemigos. No es que estas cigarras sean unos genios de las matemáticas. Ocurre sencillamente que, igual que en la simulación por ordenador, aquellas especies cuyo ciclo vital es un número primo, han sobrevivido, mientras que las que seguían otras pautas han desaparecido devoradas por sus predadores. Así funcionan las cosas en la naturaleza. Sorprendentemente simple y terriblemente eficaz.

Para preparar un discurso improvisado suelen hacer falta unas tres semanas. Mark Twain.



miércoles, 12 de marzo de 2014

SÓCRATES. EL APÓSTOL DEL PENSAMIENTO LIBRE

Durante su célebre Edad Dorada, Atenas fue sin duda el centro cultural del mundo. Y durante aquellas décadas prodigiosas, Sócrates fue el ateniense más brillante. No sólo eso. Probablemente la de Sócrates fue una de las mentes más preclaras que han existido jamás. Personas como él son capaces de reconciliarnos con el género humano. Nació en Atenas en 470 a.C. Era el hijo de una comadrona y de un escultor, y durante su primera juventud trabajó en el taller de su padre, a quien se atribuyó el conjunto escultórico de las tres Gracias que estuvo situado en la entrada de la Acrópolis hasta el siglo II a.C. Quizá el propio Sócrates colaboró en su talla. La suya era una familia de ciudadanos libres, pero no ricos. El joven Sócrates participó como hoplita (soldado de a pie) en tres batallas de la guerra del Peloponeso que enfrentó Atenas contra Esparta.


A juzgar por las descripciones de quienes le conocieron bien, Sócrates era un tipo bajito, barrigudo, con la nariz grande, los ojos saltones y una calvicie prematura. Alcibíades lo comparó con Sileno, el sirviente borrachín de Dioniso, que acompañaba a las bacantes, sosteniéndose a duras penas sobre su asno. Pero el atractivo de Sócrates sin duda radicaba en su lúcida inteligencia. Sorprende cómo su pensamiento y su metodología racionales consiguieron abrirse paso en un entorno hostil dominado por las supersticiones. Solo sé que no sé nada, es la célebre frase que frecuentemente se le atribuye, y que resume de forma sumaria la mayéutica que preconizó. Un método inductivo que mediante el continuo planteamiento de preguntas, conduce a la resolución de los problemas. Sócrates al parecer nunca escribió ni una línea. Era un gran dialéctico dotado de una finísima ironía que conseguía desarmar a sus adversarios. Para él el conocimiento debía conducir a restaurar la relación entre el hombre y la naturaleza.


Sócrates no vendía certezas, sino incertidumbres. Todo debe ponerse en duda. No debe aceptarse ningún dogma. Cualquier aseveración será puesta en tela de juicio y sometida a riguroso escrutinio… Aun no estamos ante el rigor del método científico cartesiano, pero hay que reconocer que el pensamiento socrático se acerca bastante, sobre todo si consideramos que fue formulado casi veinte siglos antes. En la duda permanente que constituye el eje de este pensamiento, hay además un germen de rebeldía que convierte a Sócrates y los socráticos en los primeros librepensadores en la acepción más noble del término.


Sócrates murió en 399 a.C. en una prisión de Atenas. Quienes se hacen muchas preguntas y ponen en tela de juicio las “verdades oficiales”, han molestado en cualquier época a los poderosos. Fue acusado de despreciar a los dioses y corromper a los jóvenes. La condena, muerte por envenenamiento con cicuta, pudo haber sido eludida fácilmente, pues Sócrates contaba con amigos influyentes, pero en un gesto de orgullo y valor prefirió acatar la ley, principio que siempre había mantenido. Platón, su más ilustre discípulo, a través de quien ha llegado hasta nosotros su legado filosófico, relató sus últimas horas en su diálogo Fedón. Artistas plásticos como Jacques-Louis David plasmaron brillantemente el dramático momento del suicidio-ejecución. Ni aun en un momento como el de su muerte prescindió Sócrates de su irónico humor. En esa época era costumbre pagar con algún presente las medicinas que se dispensaban en el templo de Asclepio. Tras recibir la copa de veneno, indicó a uno de sus discípulos: -Critón, le debemos un gallo a Asclepio, así que págaselo y no lo descuides. Fue la última frase que pronunció. Así murió el que, en palabras de Platón, fue el mejor hombre, el más inteligente y el más justo.

Sólo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez… Y en lo del universo no estoy muy seguro. Albert Einstein.



domingo, 9 de marzo de 2014

MASTOCITOSIS Y REACCIONES ALÉRGICAS. PICADURAS MORTALES

Los mastocitos, también llamados células cebadas, son células mieloides, mesénquimatosas que forman parte del tejido conjuntivo. Se producen en la médula ósea (de ahí el adjetivo de mieloides) a partir de las células madre, y desde allí migran a prácticamente el resto de los tejidos del organismo. Los mastocitos se comportan como mediadores en los procesos alérgicos e inflamatorios. Son capaces de sintetizar y almacenar histamina y heparina. La histamina actúa en las reacciones alérgicas, siendo la sustancia responsable en gran medida de los síntomas, de ahí que para atenuar estas reacciones se empleen antihistamínicos. En cuanto a la heparina, se trata de un potente anticoagulante.

Los mastocitos se encuentran en gran proporción en el moco que se segrega en los procesos de alergia estacional. Los describió por primera vez Paul Ehrlich en 1877, que los llamó células cebadas por su capacidad para llenarse, aumentando enormemente su tamaño. También los llamó células granulares del tejido conectivo, porque su citoplasma aparece repleto de gránulos, donde no sólo se almacenan histamina y heparina, sino muchas otras sustancias como proteasas, (triptasa, quimasa, carboxipeptidasa…) que son capaces de atraer linfocitos, neutrófilos y eosinófilos. Además de su actuación en las reacciones alérgicas, los mastocitos tienen un papel importante como primera línea de defensa frente a muchos parásitos y bacterias, principalmente en el tubo digestivo.


La mastocitosis sistémica se caracteriza por una proliferación anormalmente elevada de mastocitos en el organismo. No sólo en la piel (mastocitosis cutánea) sino en otros órganos como huesos, hígado, bazo, tubo digestivo o ganglos linfáticos. Los pacientes sufren una fibrosis tisular, y presentan un conjunto de síntomas producidos por la liberación de sustancias biológicas activas, actuando a nivel local (urticaria, dolores cólicos, gastritis o úlceras pépticas), y a nivel general (cefaleas, prurito, rubor, dolores óseos, colapso vascular o síntomas neuropsiquiátricos). Los síntomas se agravan con la ingestión de alcohol, antiinflamatorios o codeína.


Existe una forma poco conocida de mastocitosis relacionada con la picadura de avispas y abejas. Se produce en pacientes con antecedentes de reacciones anafilácticas graves después de recibir la picadura de alguno de estos insectos. Lo curioso es que en muchos de estos casos las pruebas cutáneas de prick e intradermoreacción resultan poco significativas o incluso negativas a los venenos de abeja y avispa. En estos pacientes es de vital importancia descartar una posible mastocitosis sistémica crónica, que pudiera ser la verdadera causa de su proceso y de sus episodios de shock anafiláctico. Lo aconsejable en estos casos es recomendar el abandono del consumo de alcohol y antiinflamatorios, y adiestrar a los pacientes en el uso de jeringas precargadas de adrenalina para autoinyección en caso de picaduras de insectos o de shock anafiláctico espontáneo o provocado por otra causa.


Así que ya sabéis: mucho cuidado si habéis tenido reacciones importantes a las picaduras. Puede que os estén etiquetando erróneamente como alérgicos, cuando en realidad se trate de la forma de mastocitosis sistémica que acabamos de describir. La superespecialización de la medicina actual nos ha proporcionado grandes avances en todas las parcelas, y resulta en general muy positiva. Sin embargo, a veces se echa en falta la visión de conjunto que aportaban aquellos viejos médicos de cabecera. El profe Bigotini cuando está un poco pocho, llama al doctor Cataplasma, que es un monigote de tebeo como él. Le receta unos remedios antiquísimos que no se encuentran en las farmacias modernas, juegan una partidita, recuerdan viejas películas y, si lo autoriza el galeno, toman un par de copas. Si eres tan joven que no conoces al doctor Cataplasma, haz clic en el dibujo, anda.

La medicina ha avanzado tanto que cada vez es más difícil encontrar a alguien completamente sano. Aldous Huxley.



miércoles, 5 de marzo de 2014

BUSTER KEATON, EL HOMBRE DE LA CARA DE PALO


Próxima entrega: Harold Lloyd

El blog del profe os facilita un enlace para ver una espléndida copia de El moderno Sherlock Holmes, filme de 1924, que probablemente es la obra más lograda y carismática de Buster Keaton. No olvidéis conectar el sonido, porque el fondo musical merece la pena.  Haced clic en el poster, y disfrutad de esta pequeña joya prácticamente olvidada:


domingo, 2 de marzo de 2014

EL CINCO DE MARZO: ZARAGOZA SIEMPRE HEROICA

Ferrer Dalmau. El último beso
En la madrugada del 4 al 5 de marzo de 1838, tres mil infantes y trescientos efectivos de caballería, entraron con el mayor sigilo en Zaragoza y ocuparon diversas posiciones estratégicas. Era una facción carlista comandada por el general Cabañero. Las tropas insurgentes procedían de Morella, donde Ramón Cabrera, apodado el tigre del Maestrazgo, dominaba el frente levantino. Tras tomar Belchite, se dirigieron a la capital aragonesa amparados en las sombras de la noche.

Zaragoza era durante la regencia de María Cristina de Nápoles una plaza clave de la España liberal. Los carlistas estaban apoyados por el general francés Epinard, y contaban con la complicidad de algunos conjurados del interior de la ciudad. Tal como relata José Miguel Delgado, ante el estrépito de los facciosos, los nacionales de la guardia del principal dieron la voz de alarma. Las campanas de Santa Engracia fueron las primeras en tocar a rebato, y muy pronto se unieron a ellas las del resto de las parroquias. La población civil zaragozana se preparó para su propia defensa. El pueblo de Zaragoza al grito de ¡Libertad! Se echó a la calle, y combatió a los asaltantes.

El general cabrera
La regente María Cristina
Ferrer Dalmau. Mujeres de Zaragoza
La reacción anticarlista fue fulminante. En aquella jornada memorable, los intrusos se vieron obligados a huir en desbandada, dejando 191 muertos y más de 800 prisioneros. Por parte de los ciudadanos sólo se produjeron 7 bajas. Papel sobresaliente en la defensa desempeñaron las mujeres. En efecto, las herederas de Agustina de Aragón, de Casta Álvarez, de Manuela Sancho, de la condesa de Bureta, de la duquesa de Villahermosa… las hijas y nietas de aquellas heroínas de los sitios, treinta años más tarde volvieron a firmar una página imborrable de nuestra Historia, con cuchillos, piedras, palos, y hasta con las manos desnudas. El pueblo celebró la victoria la misma tarde del 5 de marzo en la arboleda de la ribera del Ebro frente al Pilar, que ahora se llama de Macanaz. Allí se guisaron y merendaron algunos de los caballos tomados al enemigo. Esteller, el general gobernador, fue juzgado por traición y ejecutado ante la fundada sospecha de haber facilitado la entrada a los carlistas.

El 5 de marzo en Zaragoza. Grabado con la torre nueva al fondo

La ciudad recibió de la reina regente el título de “siempre heroica”, que añadió en su escudo a los que ya poseía. La muy noble, muy leal, muy heroica, muy benéfica, siempre heroica e inmortal ciudad de Zaragoza, conmemora cada 5 de marzo aquella gesta sin parangón de la que todos los zaragozanos y aragoneses debemos sentirnos orgullosos. Sépalo pues el mundo entero, y sepan los enemigos de la libertad que Zaragoza no se rinde jamás.

De muchacho no permití que mis maestros interfirieran en mi educación. Mark Twain.